No existen dos pieles idénticas, cada pieza siempre es ligeramente diferente y tiene su propia estructura de grano, elasticidad y matices de color. Esto, sin duda, aporta autenticidad a tu sofá sin comprometer su belleza, que irá evolucionando con el paso de los años. Sin embargo, los sofás de piel requieren un compromiso en lo que a mantenimiento se refiere, ya que son tejidos transpirables, que podrían dañarse sin una correcta hidratación o si les damos un mal uso. A continuación hablamos de las características de este tipo de tapizados, y os damos algunos consejos para mantener un sofá de piel hidratado y libre de manchas.
Características de la piel
Si tienes un sofá de piel en tu salón o oficina, deberías saber que es habitual que, tras un tiempo de utilización, el aspecto de la piel varíe gradualmente. Esto es algo natural dado que la piel evoluciona y dependerá mucho de la flexibilidad de los asientos, la temperatura, la humedad y el uso que le demos a nuestro sofá.
Por ese motivo es tan importante no esperar a que un sofá de piel se ensucie o envejezca para realizar las operaciones de mantenimiento. Aunque la piel es un material muy resistente, su aspecto puede dañarse con el uso, dejando pequeñas señales de roces, arañazos, manchas y sequedad.
Sin embargo la aparición de arrugas o pliegues en su tapicería de piel es algo normal debido a las propiedades elásticas de la piel que va cediendo con el paso del tiempo para ajustarse al cuerpo aportando una sensación de confort y comodidad.
¿Cómo cuidar tu sofá de piel?
Lo primero que debemos tener en cuenta es que la limpieza debe hacerse con productos adecuados, ya que el uso de productos demasiado agresivos podría dañar la piel de forma irreparable. Así que, cuando quieras limpiar tu sofá o retirar una mancha concreta, te recomendamos que utilices siempre un kit de limpieza específico para piel de tapizado, lo que garantizará un cuidado adecuado.
Una de las principales cosas a las que prestar atención durante el verano es la hidratación de los sofás y muebles tapizados en piel. Debido a las altas temperaturas y el nivel de humedad en el aire, la piel puede comenzar a quebrarse poco a poco. No esperes que llegue a ese punto, hidrata la piel antes de que tu sofá presente los primeros signos de sequedad. Presta especial atención a las partes más susceptibles a la deshidratación: la zona de sentada, los reposabrazos, esquinas, zonas más expuestas al sol o calor, etc.
Además del calor, el polvo es también un factor de riesgo que puede, poco a poco, deslucir el aspecto de la piel. Si no se retira con frecuencia podría incrustarse en el tejido dificultando su eliminación, sobre todo si el asiento es acolchado o tiene costuras. Retira el polvo con delicadeza utilizando una aspiradora. Coloca un adaptador de cepillo suave y pásalo por toda la superficie del sofá. De igual forma puedes usar un paño muy ligeramente humedecido sobre la superficie tapizada.
¿Cada cuánto tiempo deberías limpiar tu sofá de piel?
Deberías realizar labores de mantenimiento de la piel de tu sofá al menos una vez al año. Este mantenimiento consiste en la eliminación del polvo y pequeña suciedad acumulada, para después continuar con la hidratación y protección. Recuerda que es clave utilizar productos específicos para cada uno de los pasos.
En el caso de la aparición de manchas, es importantísimo eliminarlas inmediatamente para evitar que penetren y se queden adheridas de forma permanente. No utilices ningún método de limpieza sin antes intentar absorber la mancha con un paño o esponja, pero sin frotar.
Consejos para eliminar manchas de un sofá de piel
Las manchas más habituales en la piel suelen producirse por el humo, pintura, pintalabios, azúcar, leche, sangre, orina, barro y grasas.
Para limpiar todos los supuestos anteriores, menos las de grasa, simplemente tendrás que colocar un poco de producto específico para la limpieza de piel en un esponja. También puedes usar una mezcla 5% jabón neutro y agua fría. Efectúa pequeños toques sobre la mancha y retira el producto aplicado con ayuda del paño seco. Evita frotar o rascar para no dañar la piel. Luego aclara la esponja en agua y pásala por la superficie donde estaba la mancha pare retirar el excedente del producto. Si has efectuado con frecuencia el mantenimiento preventivo, eliminarás con más facilidad la mayor parte de las manchas ya que la piel estará mejor protegida.
En el caso de las manchas de grasa es muy importante actuar lo más pronto posible e intentar absorber con papel la mancha. Puedes usar una toalla de papel o servilletas aplicadas con suavidad, nunca apretar para evitar que la mancha penetre y se extienda. Luego, simplemente utiliza el mismo protocolo de limpieza que utilizamos para el resto de tipos de manchas. Aunque se trate de grasa, no apliques productos quita grasa no diseñados para su uso sobre piel.
Por último, aunque muy importante, están las llamadas manchas por transferencia de color. Son manchas que los plaids, mantas, fundas y la ropa de color oscuro con tinte poco fijado pueden transferir a la piel de tu sofá por contacto. Es especialmente evidente cuando la piel es de tono claro y lamentablemente no tiene solución, por lo que es esencial prestarle mucha atención.
En definitiva, recuerda que para preservar el aspecto físico y estético de la piel en su futuro inmediato, es esencial el mantenimiento de esta desde el primer momento. En el kit de limpieza Moradillo disponible en los puntos de venta, encontrarás los productos que necesitas para limpiar y proteger la piel de tu sofá. Con los cuidados adecuados podrás disfrutar de tu elegante sofá de piel por muchos años.